Carlos Lamela explica en ‘The New York Times’ la trascendencia de Centro Canalejas Madrid
El periódico estadounidense The New York Times, el medio de comunicación más influyente del mundo, ha visitado durante varias horas el Centro Canalejas. La visita, guiada a través de las explicaciones de Carlos Lamela, presidente de Estudio Lamela, oficina responsable del proyecto, ha servido para mostrar al rotativo americano el alcance y la complejidad de la propuesta más importante que se ha realizado en Madrid en las últimas décadas.
La estructura del Centro Canalejas alberga un hotel de lujo de la cadena canadiense Four Season (que abre sus puertas el próximo 25 de septiembre) con 200 habitaciones, 22 viviendas de alto standing, una galería comercial de 15.000 m2 y un aparcamiento para 400 plazas. Pero más allá de su configuración lo importante, como señala Carlos Lamela, en The New York Times, es que Centro Canalejas responde “no solo a una obligación de preservar el patrimonio cultural de la ciudad, sino también a un claro deseo de muchos turistas de sentir que están disfrutando de edificios clásicos que tienen una gran historia detrás”.
The New York Times destaca, precisamente, el compromiso con la preservación del pasado y señala los 14.000 objetos que han sido restaurados, desde pasamanos, rejas, paneles de madera, columnas de mármol a objetos decorativos de todo tipo. La transformación de la zona en la que está situado, a escasos metros de la Puerta del Sol en Madrid, va a cambiar y mejorar los espacios aledaños y la ciudad.
Un experto en la lectura de la ciudad y las ciudades, el reconocido arquitecto José María Ezquiaga, aporta en el amplio reportaje del periódico su lectura. “Creo de verdad que Madrid es una de las ciudades más americanas de Europa en términos de modelo urbano, especialmente ahora que muchas sedes centrales de empresas se han trasladado a las afueras”, reflexiona. Y añade: El proyecto de Canalejas es una importante suma a la oferta turística madrileña que cumple con las leyes españolas de protección del patrimonio. Porque los edificios que carecen de uso, terminan muriéndose. “Sin el proyecto de un hotel de esta envergadura, el futuro de estos bellos edificios habría sido muy complicado”, sentencia Carlos Lamela.