ESTADIO
SANTIAGO
BERNABÉU

Tras la reforma realizada con motivo de la celebración del mundial de España ´82 (en el que con una nueva cubierta y un revestimiento de la fachada se consiguió dar un tratamiento continuo), el Real Madrid planteó al estudio en 1988 la necesidad de aumentar en 20.000 nuevos asientos la capacidad total del estadio para llegar a albergar 106.000 espectadores. Para ello se creó un nuevo anillo superior, basado en un crecimiento en vertical de los elementos de comunicación que quedan en vuelo sobre la calle, para lo cual había que desmontar la cubierta existente y elevarla después hasta su nueva posición.

La construcción del nuevo graderío, con sus correspondientes accesos y servicios complementarios, afectaba a tres de los cuatro lados, que conservaban la altura del proyecto original. La fachada de Padre Damián no se vio afectada por ninguna modificación.

La cubierta existente fue izada desde la cota + 34,45 a la + 54,90 mediante tirantes controlados informáticamente, sin necesidad de desmontar focos ni videomarcadores. Para evitar que al subirla algunos espectadores del primer anfiteatro quedaran desprotegidos de la lluvia, se dispuso una segunda cubierta ligera complementaria. Dividida en 17 módulos y con posibilidad de despliegue telescópico, se apoya sobre la existente y se desliza gracias a dos motores de accionamiento independiente.

Se requería resolver la evacuación de esos nuevos 20.000 espectadores de manera independiente a los ya existentes, para lo cual se construyeron unas escaleras en vuelo (sin superar en ningún caso la línea de bordillo) que formalmente estructuran un remate que, por su posición elevada, evita sobrecargar la cota de calle donde se producen los accesos. En las esquinas se dispusieron cuatro torres que permitían evacuar en un tiempo bastante inferior a los 10 minutos máximos exigidos.

Posteriormente, la UEFA decidió exigir la supresión de las plazas para espectadores de pie, lo cual obligó a reducir la capacidad a 75.000, pero ahora en posición sentada. Esto dio lugar a una de las múltiples pequeñas modificaciones de las que ha sido objeto el estadio. En todas las actuaciones ha estado siempre presente la idea de fortalecer el concepto de “olla”, que permite mantener al público intensamente integrado con el espectáculo. La última de ellas ha sido el encargo para desarrollar un proyecto que incidiese sobre el cerramiento de fachada y cubierta del lateral Este de Padre Damián. Incluía además la rehabilitación y reubicación funcional de los espacios interiores. La solución debía resolver el programa funcional de necesidades del Club y al mismo tiempo aportar una imagen contemporánea y tecnológica acorde con un Club del siglo XXI.