Carlos Lamela explica en ‘El País’ que hay que repensar las viviendas. No es una cuestión de recursos “sino de ideas”
El confinamiento ha puesto en evidencia que miles de casas no estaban preparadas para vivir, trabajar y disfrutar del ocio. Pisos interiores, terrazas cerradas, falta de ventilación e iluminación natural, salubridad, accesos imposibles… La lista de reproches es muy extensa. Carlos Lamela, presidente de Estudio Lamela, explica en el periódico El País (Las vergüenzas de los pisos españoles quedan al descubierto) su visión de por dónde hay que trazar el camino y cuáles han sido algunos errores que no debieron cometerse.
“Los arquitectos”, reflexiona Carlos Lamela, “debemos imaginar y construir hogares donde primen la luz natural, la ventilación y una movilidad sencilla y cómoda, con independencia del tipo de vivienda. Estamos aprendiendo que hay que idear viviendas para un mundo imprevisto”. Otras de las lecciones tendríamos que haberlas aprendido del pasado. Por ejemplo, “resulta incomprensible que se permitiera cerrar las terrazas en Madrid, es algo que no ocurre en ninguna ciudad o país, es un auténtico cáncer de nuestro urbanismo”. Porque, además de las vistas, protegen la fachada del sol y la lluvia. Tampoco ayuda la normativa. Pues, por ejemplo, en Madrid computan como edificabilidad, con lo que el promotor las elimina, las sustituye por un mirador o bien las deja en la mínima expresión. Una asimetría evidente. Es algo que no sucede en Cataluña o la Comunidad Valenciana.
Hacen falta cambios. Valorar las vistas, las condiciones acústicas, la posibilidad de diseñar espacios que cumplan diversas funciones: durante unas horas del día podrían ser un lugar de ocio, durante otras; el espacio de trabajo. Hay que repensar las viviendas. No se trata de una cuestión de recursos. “Sino de diseño, de cómo están ideadas”, apunta Carlos Lamela. Es época de volver a imaginar los hogares.
