EDIFICIO
EBROSA

El edificio se yergue como un imponente escaparate. La doble piel plateada sobre la autopista deja en el interior un gran espacio-jardín. La fachada norte busca la velocidad; la sur, la apertura.
La concepción del proyecto viene dada por la adaptación al lugar, estratégico junto a la M-40. El edificio se alza como un inmenso escaparate que se expone al paso del torrente de vehículos. La doble piel planteada a modo de gran pantalla sobre la autopista deja en el interior un gran espacio-jardín en el que disponen unas singulares pasarelas de acceso que albergan los núcleos de comunicación vertical. La fachada norte busca la exposición al movimiento dinámico de la ciudad, la velocidad. La sur la apertura, los brazos abiertos al visitante, el movimiento pausado. Con esta particular solución aumenta la sensación de monumentalidad y el edificio se convierte en el protagonista del entorno.
DATOS Y CIFRAS







